La luz y los movimientos del sol han desde siempre condicionado el pensamiento y las acciones del hombre en relación a sus edificaciones. En especial ha sido elemento de gran importancia en nuestra historia para arquitectos y proyectistas de todas épocas y paises.
Dicho elemento natural ha condicionado sobre todo las decisiones en relación a la distribución de los espacios interiores de una edificación.
Esta misma reflexión la hacía la semana pasada con un amigo que tiene un chalet en el Pago de Humo. En su calle, algún promotor hace unos años había construido unos cuantos chalet de una forma un tanto peculiar. Me refiero a que dichas viviendas, que se repartían enfrentados en una calle particular, no aprovechaban la luz natural. Al haberlo hecho se hubiese podido mejorar notablemente la vida de sus ocupantes.
¿Cómo podía comprobar que este chalet en el Pago de Humo no estaba bien orientado si ni tenía una brújula?. Pues, muy sencillo. Los chalet eran simétricos cada uno con respecto a su vecino de enfrente y eran todos iguales.
Entonces, aunque los de un lado de la acera podían estar bien orientados, los de enfrente seguramente no lo estaban. Si el salón de unos estaban correctamente orientados al sur, los que se encontraban enfrente se orientaban en sentido contrario, al norte. Así orientados desaprovechaban del todo el aporte solar.
la búsqueda de un supuesto «orden» penaliza la orientación de las viviendas
Podemos encontrar muchos errores de este tipo en nuestras ciudades. Se busca un supuesto “orden” en las urbanizaciones enfrontando de forma simétrica viviendas igualmente distribuidas. Esto produce que dichas viviendas se orientan de forma “casual” con respecto a la luz solar. Esta “mala” orientación causa un daño evidente al vivir de todos sus ocupantes.
Efectivamente el ejemplo del chalet en el Pago de Humo de mi amigo se repite en una infinidad de situaciones en nuestras ciudades. Todos hemos visto ejemplos similares a esto.
Una casa bien orientada debería respectar determinadas reglas que puedes buscar en la casa que vas a comprar o en aquella que te quiere construir.
Realmente no se trata de verdaderas reglas, sino solo criterios a considerar. Dependerá de tu estilo de vida y el uso que les des a cada una de las habitaciones de tu casa. En función de ellos buscarás su respectiva orientación ideal.
En síntesis, dichos criterios se podrían resumir en estos puntos :
Punto nº1, piensa en el uso:
Piensa en el uso que le darás a cada habitación y cuál es la mejor orientación (de sus fachadas) para lograr el mejor confort. También es importante considerar el ángulo de incidencia solar que varía entre las temporadas de verano e invierno. Así pues, si te gusta despertar temprano con los rayos del sol, tu habitación debería de estar en la fachada Este.
La orientación correcta de una casa puede cambiar enormemente la calidad de sus espacios
Punto nº2, la importancia del vallado de tu parcela:
Considera que, si tu vivienda es aislada en un terreno, el vallado de esta proyectará sombra hacía tu casa. La ubicación de tus huecos tendrá gran importancia en relación a todo esto.
Punto nº3, busca tu fachada optima:
Todas viviendas poseen una fachada optima que tendrás que identificar en tu casa. Por fachada optima entiendo la fachada que tiene exposición hacía el sol. En el hemisferio Norte, que sería nuestro caso, se trata de la fachada orientada hacia el Sur. El contrario pasaría para toda aquella localidades ubicadas en el hemisferio Sur. Hacía esta fachada deberás tener grandes ventanales para aprovechar del aporte solar que te ayudaran a mantener la justa temperatura en tu casa en los meses de invierno.
Punto nº4, la importancia del porche para el sol:
Un porche en dirección de la “fachada óptima” te protegerá de los rayos del sol en verano, que son muy molestos pero verticales.
Este mismo porche no impedirá que recibas el calor solar en invierno. Recuerda que es cuando más lo necesita porque en estos meses el sol es muy bajo (mira esquema abajo). En la fachada contraria (que sería la Norte en nuestro caso) deberás abrir muy pocas ventanas. Estos fundamentalmente por dos razones.
En primer lugar el cristal tiene una capacidad de aislamiento térmico muy reducida. A Norte hemos dicho que recibimos la sombra y por lo tanto el frío. Un cerramiento de ladrillo doble con aislamiento en su interior será tu mejor aliado en contra del frío. En segundo lugar, porque por aquí vas a recibir muy poca iluminación.
Punto nº5, la quinta fachada:
Si tu casa no posee fachadas optimas, como por ejemplo en el caso de una vivienda entremedianera, utiliza tu quinta fachada. La quinta fachada no es otra cosa que la cubierta del edificio.
Aquí deberás abrir unos lucernarios que permitirán la entrada de la luz cenital que iluminará tu casa en todos los meses del año. Si coloca estos lucernarios en sitios próximos a las paredes perimetrales además, estas reflectarán la luz que irradiará en toda la casa.
Conclusiones:
Estos pocos consejos ya te pueden ayudar a reflexionar sobre la luz solar y su aporte para el bienestar en tu casa. Además del calor, vivir en un lugar iluminado todo el día por la luz del sol mejora notablemente la calidad de vida en tu casa. No te olvides de esto si buscas una casa de segunda mano o si quieres edificar tu propia casa.
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